Desde Mi Corazón

El gozo foto
Mi alma tiene sed de ti Señor y mi espíritu grita que te necesita. No me canso de alabarte, glorificarte y exaltarte. Tu Señor eres digno de toda alabanza. Que tu nombre sea exaltado por toda la tierra, que toda rodilla se doble al solo oír tu nombre, ¡JESÚS!

Jesús, nombre sobre todo nombre.  Dador de vida, de amor y de paz.  Todo lo bueno viene de ti y no hay otro dios como tú.  No existe ningún otro, solo tu el gran Yo Soy, que sacaste a tu pueblo de Egipto con gran despliegue de poder,  maravillas y milagros (Libro de Exodo).  Alimentaste a tu pueblo con mana del cielo (Exodo 16) y abriste el Mar Rojo (Exodo 13:17-20); en tierra seca los cruzaste.  Solo tú, con tu poder, derrumbaste las murallas de Jericó (Josué 6:20) y detuviste el sol mas tiempo un día, para darle a tu pueblo una maravillosa victoria (Josué 10:12-14).  Tú, tomaste a los hombres más humildes, los equipaste y le diste sabiduría para que sorprendieran al mundo con tu palabra.

Solo tu Señor, exaltas al humilde, levantas al caído y renuevas las fuerzas del pobre de espíritu. Tu poder y tu palabra perduran para siempre. Mientras mas conozco tus obras, más me maravillo de ti.  Mientras mas te conozco, más pequeña me siento y más honrada de que tú me hayas escogido para ser tu hija, coheredera con Cristo Jesús.

Mi alma te alaba y tiene sed de ti Señor.  En tus atrios quiero estar y nunca alejarme de tu presencia.  Tú prometes que mis hijos y su descendencia serán bendecidos hasta la cuarta generación.  Hasta mil generaciones mi Dios, te pido que los bendigas y los cubras con tu sangre.

Escudriña mi corazón, purifica cada uno de mis pensamientos y sana toda herida.  Lléname con tu amor.  Lléname con tu misericordia y tu gracia. Fortaléceme y guía mis pasos.

Espíritu Santo, toma control de toda mi vida. En tus manos está mi matrimonio, mis hijos, salud, finanzas, trabajo, ministerios, sueños, dones, talentos, presente y futuro. Derriba toda idolatría escondida en nuestros corazones y purifícanos para llegar a ser lo que tú mi Dios nos has llamado a ser en Cristo Jesús.

A ti sea la gloria por siempre mi Dios. Mi alma no se cansa de alabarte y adorarte.  En tu presencia quiero estar todos los días de mi vida y morar en tu casa por toda la eternidad.