«Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados. Y andad en amor, como también Cristo nos amo, y se entrego a si mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante.» -Efesios 5:1-2
Como cristianos estamos llamados a ser como Cristo. Nuestro modelo y norte debe ser Jesús para crecer espiritualmente y mostrar frutos de ese crecimiento. El fin de este artículo es llevarnos al conocimiento de las características de Jesús que son nuestro modelo como cristianos.
Veamos que quieren decir estas dos palabras;
Imitar:
1. Actuar una persona de modo que su comportamiento sea semejante al de un modelo.
2. Reproducir en una cosa creada o fabricada las características de algo que se toma como modelo.
3. Adoptar una cosa ciertas características iguales con otra que se toma como modelo.
Modelo:
1. Puede tratarse de algo que se considera como referencia o digno de imitar.
Tenemos claro que por bueno que sea un Pastor, Evangelista o líder de una congregación, ninguno de ellos debe ser el modelo a seguir espiritualmente hablando. Todo ministro de Dios debe apuntar siempre a Jesús, él es el modelo, nuestro guía y a él le pertenece toda la gloria. Aun sabiendo que en la Biblia el Apóstol Pablo les dice a los Corintios lo siguiente: “Imítenme a mí, como yo imito a Cristo” -1 Cor 11:1 y esta es una aseveración bien fuerte, solo muestra lo seguro que estaba Pablo de su carácter como cristiano y de los frutos que daba. Con esto el Apóstol quería decir, mientras yo imite a Cristo, ustedes me imitan a mí. Hoy día no creo que algún ministro se atreva a decir esto, lo más seguro es señalar al que no falla, no miente, no se equivoca y no abandona, al siempre fiel, Jesús.
El que tengamos imperfecciones no debe desalentarnos en el camino. Para poder ser imitadores de alguien debemos estudiar con cuidado y esmero a esa persona, debemos conocer sus características, cualidades, gustos y lo que le desagrada. Es por esto que tenemos que estudiar y conocer mejor las características de Jesús.
❖ Jesús fue, es y será:
▪ Manso y humilde
“Carguen con mi yugo y aprendan de mí, pues yo soy apacible y humilde de corazón, y encontraran descanso para su alma.” -Mateo 11:29
▪ Compasivo
15 “Porque no tenemos un sumo sacerdote incapaz de compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que ha sido tentado en todo de la misma manera que nosotros, aunque sin pecado. 16 Así que acerquémonos confiadamente al trono de la gracia para recibir misericordia y hallar la gracia que nos ayude en el momento que más la necesitemos.” – Hebreos 4:15-16
“El Señor es clemente y compasivo, lento para la ira y grande en amor.” -Salmos 103:8
▪ Misericordioso
12 Al oír esto, Jesús les contestó:
—No son los sanos los que necesitan médico sino los enfermos. 13 Pero vayan y aprendan lo que significa: “Lo que pido de ustedes es misericordia y no sacrificios.” Porque no he venido a llamar a justos sino a pecadores. -Mateo 9:13
4 Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor por nosotros, 5 nos dio vida con Cristo, aun cuando estábamos muertos en pecados. ¡Por gracia ustedes han sido salvados! -Efesios 2:4-5
▪ Obediente
8 Aunque era Hijo, mediante el sufrimiento aprendió a obedecer; 9 y consumada su perfección, llegó a ser autor de salvación eterna para todos los que le obedecen, -Hebreos 5:8-9
▪ Fiel y Veraz
“Si somos infieles, él sigue siendo fiel, ya que no puede negarse a sí mismo.” -2 Timoteo 2:13
«También la Gloria de Israel no mentira ni se arrepentirá, porque El no es hombre para que se arrepienta.» 1 Samuel 15:29
El Señor Jesús fue un ejemplo vivo de los frutos del Espíritu.
22 En cambio, el fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, 23 humildad y dominio propio. No hay ley que condene estas cosas. -Gálatas 5:22-23
Debemos examinar nuestro corazón a la luz de la palabra e identificar las características de Jesús que son palpables en nuestra vida y las que no lo son. Una vez tenemos ese conocimiento pedirle al Señor que nos ayude a dar fruto y a desarrollar aquellas áreas del carácter que aún no han sido transformadas de acuerdo a su palabra. Esto es sumamente importante, nuestro andar cristiano debe ser de crecimiento continuo, y jamás debemos pensar que no necesitamos mejorar algo adicional. Recuerda que el árbol que no de buen fruto, será desechado (Mateo 3:10; Mateo 7:19).
Hermanos, es importante que nos enfoquemos nuevamente en el objetivo. Nuestra meta es parecernos más a Jesús y para eso debemos tener comunión con el Padre. Debe haber vida de oración, ayuno y lectura de la Biblia. Debemos profundizar en las cualidades de Jesús y como el actuó en cada circunstancia que se le presento. Debemos preguntarnos, ¿me estoy pareciendo a Jesús cada día mas? ¿Estoy dando amor, compasión y misericordia como él nos enseñó?
Muchos hermanos están siguiendo a los hombres por sus dones, siguen los panes y a los peces, y se han olvidado del hacedor de milagros y dador de los dones. JESUS! JESUS! JESUS! Es nuestro ejemplo y solo a el debe ser nuestra mirada, y a el debemos seguir. Los hombres pueden fallar, decepcionar y equivocarse. En los últimos tiempos podemos ser engañados si no conocemos las escrituras ya que el engaño saldrá de la misma iglesia. Recuerda solo a Jesus se debe dar toda la gloria, siempre. Oremos por discernimiento.
Dios los bendiga!
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