Porque Tu hablaste, yo camine…


Mirando atrás mi vida y meditando en el Señor, me viene a la mente una alabanza que dice,  “pero tu hablaste y yo camine, tú me dijiste que yo llegare…”

Hermanos, la vida no es fácil. El andar cristiano no es fácil tampoco, pero tenemos un incentivo y es que no andamos solos. Una vez aceptamos a Jesús como nuestro Señor y Salvador, y el Espiritu Santo llega a nuestra vida, todo obra para bien.

Los grandes hombres de los cuales habla la Biblia eran como tú y como yo. Tenían debilidades, miedos, frustraciones y erraban de la misma forma que lo hacemos nosotros. Ahora tenemos la ventaja de tener la Biblia como instrumento aprobado e ideado por Dios para nuestra enseñanza. En otro tiempo esos hombres vivieron por instrucción directa de Dios. Eso fue maravillosos, pero ahora nosotros tenemos esas vivencias escritas para nuestro crecimiento espiritual, para que conozcamos el carácter de Dios y para usarlo como instrucción a generaciones futuras.

Vayamos a la palabra y veamos algunos ejemplos.

Abraham

12 Entonces el SEÑOR dijo a Abram: “Vete de tu tierra, de tu parentela y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré. 2 Yo haré de ti una gran nación. Te bendeciré y  engrandeceré tu nombre, y serás bendición. 3 Bendeciré a los que te bendigan, y a los que te  maldigan maldeciré. Y en ti serán benditas todas las familias de la tierra”.  4 Abram se fue, como el SEÑOR le había dicho, y Lot fue con él. Abram tenía setenta y cinco años cuando salió de Harán. Génesis 12:1-4 

Moisés 
10 Pero ahora, ve, pues yo te envío al faraón para que saques de Egipto a mi pueblo, a los hijos
de Israel. 11 Entonces Moisés dijo a Dios: —¿Quién soy yo para ir al faraón y sacar de Egipto a los hijos de Israel?
 12 Él respondió: —Ciertamente yo estaré contigo. Esto te servirá como señal de que yo te he enviado: Cuando hayas sacado de Egipto al pueblo, servirán a Dios en este monte. -Exodo 3:10-12

Josue

2—Mi siervo Moisés ha muerto. Ahora, levántate, pasa el Jordán tú con todo este pueblo a la tierra que yo doy a los hijos de Israel. -Josue 1:2

Profeta Jeremías

7 Pero el SEÑOR me dijo:  —No digas: “Soy un muchacho”; porque a todos a quienes yo te envíe tú irás, y todo lo que te mande dirás.  8No tengas temor de ellos, porque yo estaré contigo para librarte, dice el SEÑOR. -Jeremías 1:7-8

¿Cómo estos hombres lograron ser grandes ante los ojos de Dios? ¿Cómo estos hombres lograron llamar la atención del Padre para tocar sus vidas y usarlos como instrumento de forma extraordinaria? ¿Cómo Dios obro en ellos y a través de ellos llego a generaciones enteras?

La respuesta es, Dios hablo y ellos obedecieron.

Dios prometió y ellos creyeron.

Dios los envió y ellos fueron.

Dios dijo y ellos hicieron.

Dios el Señor y ellos los siervos.

Dios el jefe y ellos los empleados.

Entonces, ¿qué podemos aprender nosotros de estos hombres? ¿Cuál debe ser nuestra postura ante la palabra de Dios dada a nuestras vidas? ¿Cuál debe ser nuestro proceder, a quien recurrir, quien debe tener la última palabra en cuanto a nuestras decisiones?

La respuesta es simple. Debemos correr a los pies de Cristo, buscar las respuestas en el lugar secreto. Buscar a Dios en ayuno, oración y en la Biblia. Pedir confirmación y después obedecer a Dios, según sus instrucciones y sin cuestionarlo.

Aunque el andar sea duro y las pruebas parezcan no cesar. Aunque a veces sientas desmayar, y tengas deseos de tirar la toalla. Sigue creyendo, sigue orando, sigue adelante de la mano del Señor.

Porque Dios hablo y yo camine, puedo ver muchas peticiones de mi corazón cumplidas.

Porque Dos hablo y yo camine, mi matrimonio está en pie.

Porque Dios hablo y yo caminé, pude romper con trampas que el enemigo tendía a mi vida.

Porque Dios hablo y yo camine, mis hijos le sirven.

Y porque Dios hablo yo sigo caminando por esas promesas que aún están por cumplirse.


Hermanos, Dios no hace acepción de personas, si ha cumplido conmigo también lo hará contigo. Servimos a un mismo Dios, somos hijos y herederos de un mismo Padre. Solo tienes que tener fe.

Porque Dios hablo a tu vida, tu sigue caminando…

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